sábado, 31 de octubre de 2009

algunas observaciones sobre la psicología positiva

Es muy frecuente asociar equivocadamente tal como se refleja en el escrito anterior del Dr. Seligman la felicidad con los estados placenteros o más frecuente aún, relacionar la felicidad con el "pensamiento positivo" y como método terapeutico. Los libros de autoayuda abundan y redundan sobre estos postulados. También se ha excerbado la condición de los monjes de filosofías religiosas orientales, como la condición más cercana a lo que se cree que conocemos como felicidad. Pareciera que existe una correlación entre esa figura extraña, taciturna y "aislada" del apego a los bienes materiales, con el estado de felicidad.
Un estudio publicado en las actas de la Academia Nacional de Ciencias del 2004 (N.A.S, por sus siglas en inglés), reveló que la frecuencia de ondas gamma en cerebros de monjes budistas que tenían mucho tiempo ejerciendo la práctica de la meditación era mucho mayor que los grupos controles o de las personas con poca o ninguna experiencia en esta práctica. Revela que la actividad del lóbulo frontal izquierdo del cerebro presentaba mucho mayor actividad bajo el estímulo de la meditación y también concluían que deberían ser "las personas más felices de la tierra".
Bajo esta premisa y considerando que la actividad cerebral está asociada a la secreción de neuropéptidos y/o neurotransmisores que activan las ondas gamma, las personas bajo tratamiento con antidepresivos y medicamentos que estimulan el lóbulo frontal izquierdo o sus neurotransmisores, deberían ser las más felices. Quiere decir que con medicamentos podemos alcanzar bajo un tratamiento sistemático lo que el entrenamiento en los templos y sus encerronas, llevó más de 2,500 años.
Creo que el error está en asociar la felicidad a ese estado de "tranquilidad"
alcanzado de manera contínua por estas personas en su condición natural de vida y querer limitar el concepto de felicidad a simples secreciones bioquímicas del cerebro.
Como el concepto de felicidad tiene muchas interpretaciones y cada sociedad y persona lo enfoca de manera diferente, es necesario pensar un poco en el estado de conciencia, aquello que trasciende a los pensamientos, que se encuentra siempre presente en todas las personas, que responde en directo a las caricias y agresiones del medio ambiente y mas allá de cualquier secreción neuroquímica.

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